Estaba dolida y apaleada. No podría decir cómo me sentía
Estaba irreconocible a mí misma.
Vi mi reflejo en una ventana y no conocí mi propio rostro.
Hermano, ¿vas a dejarme desgastándome..
...en las calles de Filadelfia?
Caminé por la avenida hasta que sentí mis piernas cual rocas
Oí cómo las voces de mis amigos desaparecían y se iban.
En plena noche, podía oír la sangre fluir en mis venas:
negra y susurrante como la lluvia
en las calles de Filadelfia
Ningún ángel me va a acoger aquí.
Estamos solamente tú y yo, amigo.
Y mi ropa no toca ya mi cuerpo:
caminé mil millas
solamente para huir de esta piel.
La noche ha caído, pero permanezco despierta
Puedo sentirme desvanecer
recíbeme hermano con tu beso sin fe
o nos abandonaremos el uno al otro así
en las calles de Filadelfia.
domingo, 20 de junio de 2010
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